Garagoa La Sultana del Valle de Tenza

Garagoa, capital de la provincia de Neira al suroriente del departamento de Boyacá, municipio que sobresale por su gran actividad comercial y el empuje de los garagoenses. A nivel regional, al igual que Guateque, es importante centro comercial en el aprovisionamiento de víveres en general, elementos de construcción, herramientas, prendas de vestir, medicamentos, productos agrícolas y veterinarios. La agroindustria, la minería, el comercio y el turismo priman en esta población. donde se destacan fábricas de calzado, talleres de ornamentación, fábricas de ladrillos, fábricas de cera, talleres de reparación de vehículos, talleres de ebanistería, restaurantes, hoteles y entidades financieras. La madera es abundante en las veredas de clima frío, materia para la fabricación de muebles y la construcción.

Para llegar, tuvimos que retornar desde Tenza a la vía que desde Las Juntas conduce a la población. El municipio, ubicado en un plano inclinado, alberga a más de 16.000 habitantes; su altura media es de 1705 m.s.n.m. y la temperatura promedio es de 19 °C.

Luego de disfrutar nuestro exquisito almuerzo con platos típicos de la región, pudimos recorrer el Parque Municipal y admirar la imponente Catedral Nuestra Señora de la Candelaria. Posteriormente, nos sorprendimos con el conocido Monumento a Mamapacha, rodeado de árboles frondosos. Conversando con algunas personas, nos contaron que existen historias y leyendas muy interesantes, por lo que nos dimos a la tarea de investigar un poco, dado que el patrimonio natural más importante del municipio lo representa el Páramo de Mamapacha, una importante reserva natural ubicada sobre la Cordillera Oriental, con cerca de 10.000 hectáreas de bosques y más se 17.000 hectáreas de páramo. Su altitud va desde los 2.400 hasta 3.400 metros sobre el nivel del mar. Fue así que extractamos algunos apartes sobre la leyenda de Mamapacha: “Doña Francisca, matrona muy rica e imponente moraba en la pata del cerro que lleva su nombre. En compañía de extrañas criaturas de baja estatura con atuendos agrestes llamados mohanes, sus dominios cubrían toda la serranía. En sequía, ordenaba a los mohanes bajar al pueblo, raptar una mujer hermosa y en una sobrenatural ceremonia, bailando y tocando una música extraña, ofrecían su esencia a la naturaleza en forma de agua alimentando lagunas y quebradas”.